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La tecnología importa, pero las personas importan aún más: notas del Digital Future Society Summit

Tags: 'Digital trust' 'Public innovation'

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  • El 24 de febrero de 2019, Digital Future Society celebró su segunda cumbre en Barcelona.
  • En vísperas del MWC19, el programa Digital Future Society reunió a más de 250 expertos en innovación, tecnología, investigación y filosofía, así como a varios representantes de la sociedad para centrarse en temas clave como la innovación pública, la confianza digital y la inteligencia artificial.

A través de una serie de conferencias, comités y sesiones paralelas organizados cuidadosamente, los participantes pudieron realizar preguntas y obtener respuestas sobre cuestiones que tienen consecuencias importantes para todos nosotros. ¿Cómo se puede dar poder a los ciudadanos para que puedan tomar el control de sus vidas digitales? ¿Cómo podríamos desarrollar soluciones de seguridad y privacidad de datos éticas que estén al alcance de todos y sean fáciles de utilizar?

Alineando los sistemas digitales con los derechos humanos y los valores democráticos.

Si bien los políticos de alto nivel y los oradores de renombre como Anand Giridharadas, Cory Doctorow y Saskia Sassen acapararon los titulares, fueron dos temas clave del Think Tank de Digital Future Society (la innovación pública y la confianza digital), los que captaron la imaginación, los debates y el pensamiento de los participantes. La segunda edición de la cumbre de Digital Future Society reunió con éxito a 250 expertos en tecnología y ciencias sociales de todo el mundo, entre los que estuvieron ejecutivos de Facebook, Telefónica, LinkedIn y Consensys; expertos en innovación del Foro Económico Mundial, Open Knowledge International y Nesta; académicos de instituciones como la Universidad de Columbia, Mila y el Instituto Empresa; activistas de las OSC como la Fundación Ciudadanía Inteligente, Digital Impact Alliance y el Instituto de Tecnología y Sociedad; y entidades públicas como el gobierno español y la Comisión Europea.

Como Digital Future Society es un programa de Mobile World Capital Barcelona, ​​el día comenzó con un discurso de apertura del CEO de MWCapital, Carlos Grau, centrado en dos temas principales de la cumbre: la innovación pública con nuevas tecnologías y la confianza digital, especialmente en términos de ética de datos. Cuando se trata de tecnología, la sociedad importa, entonces, ¿cómo imaginamos el impacto de la tecnología en nuestra sociedad? Ya estamos viviendo sus consecuencias en las esferas pública y privada, entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿Cómo podemos alinear las redes y los sistemas digitales actuales con los derechos humanos y los valores democráticos?

Puntos destacados del Pleno: redefinir el 5G y evitar la alquimia

«Los actores más importantes de la tecnología deben contar con un nuevo tipo de 5G si quieren volver a gustar a las personas», comentó Anand Giridharadas, autor de Winners Take All y editor de la revista Large of Time. Es imposible tener una conversación sobre la tecnología y lo que esta puede hacer por el mundo sin hablar de la tremenda desconexión entre las personas que poseen la tecnología y las sociedades a las que pertenecen, que cada vez desconfían más de ellas.

«Cuando pienso en Digital Future Society, pienso en cómo la revolución tecnológica prometía ser la gran liberación que nivelaría los terrenos de juego, destruiría las jerarquías … y sucedió todo lo contrario», continuó Anand. La tecnología ha acentuado las brechas y las desigualdades históricas, por lo que Anand propuso un nuevo conjunto de «principios» 5G para un futuro digital más equitativo:

La presentación del autor de ciencia ficción y activista de derechos digitales Cory Doctorow comenzó con una advertencia. Estamos entrando en una «era de alquimia» en la que dejamos atrás el sueño de la tecnología democrática e interoperativa en una especie de monarquía constitucional secreta e impulsada por la propiedad intelectual, advirtió. A cambio del acceso gratuito a las plataformas dominantes, «dejamos en manos» de gigantes tecnológicos como Facebook que vigilen a los usuarios y moderen el contenido que podría conducir a un daño social.

 

Este enfoque es incompatible con los mercados competitivos, afirmó, y ofrece un ejemplo de lo que sucede cuando cambian las tornas. La ciudad de Austin, en Texas, tuvo el mismo problema que Barcelona cuando Uber y Lyft vinieron a alterar la industria de taxis de la ciudad. Cuando la ciudad obligó a los nuevos conductores a someterse a la misma verificación de antecedentes que los taxistas habituales, Uber y Lyft abandonaron rápidamente la ciudad. Los empresarios locales crearon una versión sin ánimo de lucro de Uber y Lyft llamada RideAustin en la que los conductores obtienen un 25% más de la tarifa, y los datos se comparten con los planificadores urbanos en lugar de ir a parar a socios y a terceros. La aplicación también tiene una función que permite a los usuarios redondear su tarifa donando los ingresos a organizaciones benéficas locales.

Grupo: un nuevo contrato social para el siglo XXI

Después de las dos presentaciones, tres miembros del consejo directivo global de Digital Future Society subieron al escenario para debatir una posible solución a los desafíos planteados por Anand y Cory: un nuevo contrato social para el siglo XXI. ¿Cómo debería ser el acuerdo? ¿Qué supondría para la innovación en las ciudades y en los negocios? ¿Cómo redefiniría un nuevo contrato social la forma en que trabajamos, aprendemos y funcionamos?

Según Daria Tataj, presidenta de asesores de alto nivel de la Comisión Europea, uno de los ingredientes centrales del contacto social del siglo XXI debe ser la confianza, a la que llama «la moneda actual». Tataj también destacó la necesidad de más liderazgo, lo cual no quiere decir más líderes, sino «un liderazgo que comprenda a las personas, las redes y el cambio social».

La abogada y defensora de los derechos digitales, Renata Ávila, se mostró de acuerdo, sugiriendo que a pesar de que «la mitad de la humanidad actualmente está conectada a Internet, el nuevo contrato social deberá preservar los derechos de la otra mitad». Continuó insistiendo en que los desconectados y excluidos digitalmente deben formar parte del debate, para evitar ver a las personas pobres del mundo como un «producto de datos».

La reconocida académica Saskia Sassen se centró en esta idea, señalando que «en nuestra extraordinaria modernidad, vemos un resurgir de la lógica extractiva». Es lo opuesto al comercio, que es inclusivo y fomenta la prosperidad compartida. «El ciudadano medio debe comprender estas cosas. Comprender los algoritmos no debería ser una cosa extraña que solo académicos y físicos sepan hacer».

 

Sesiones paralelas: Donde la tecnología emergente se encuentra con el gobierno

Después de las sesiones plenarias, los participantes pudieron elegir entre dos sesiones paralelas, en las que se compartió y debatió el trabajo inicial de los primeros grupos de trabajo del Think Tank de Digital Future Society.

La primera sesión exploró las tecnologías emergentes en la innovación del sector público a través de una mesa redonda moderada por el periodista Pipo Serrano. La innovación del sector público implica la implementación de ideas prácticas para beneficio público. En esta sesión se exploraron los desafíos y oportunidades de usar tecnologías emergentes como blockchain e inteligencia artificial para mejorar la prestación de servicios públicos.

La sesión comenzó con la historia premonitoria de Fabro Steibel, Director Ejecutivo de ITS Rio. «Si la integración no es el motor de la innovación pública, esta deja de ser pública», afirmó Fabro, compartiendo el ejemplo de cómo un tercio de las escuelas primarias de Brasil permaneció vacío después de que el gobierno obligara a la inscripción online. «¿Qué principios deberían guiar entonces el plan de IA de Brasil? Los gobiernos deberían encabezar la conversación y asegurarse de que participen todos los demás interesados».

Agnes Budzyn de ConsenSys destacó la importancia de construir tecnología para los usuarios, incluidos los gobiernos. «Debe haber puntos de control constantes a medida que vayan ajustando sus tecnologías a los usuarios».

Christina Patsioura, investigadora principal de GSMA Intelligence planteó la idea de cómo las asociaciones público-privadas pueden aportar principios como la ética y la inclusión a la innovación. «Es necesario que las entidades externas al sector público y privado presionen por cuestiones como la ética y la inclusión que no necesariamente se encuentran en la lista de prioridades de los gobiernos o empresas».

El Director de Investigación de IA del Centro de Supercomputación de Barcelona, ​​Ulises Cortés, invitó al público a que «imaginase que la tecnología fuese como la medicina, y que antes de salir al mercado tuviese que pasar por años de pruebas. Cuando estuviese lista para el consumo público, ya contaría con un manual de uso seguro regulado por el gobierno. Los gobiernos comienzan a pensar en las consecuencias negativas de la tecnología cuando ya es demasiado tarde».

El grupo de debate fue seguido por presentaciones de estudios de caso sobre ejemplos reales de tecnología emergente en el gobierno. En primer lugar, el miembro del grupo de trabajo de Innovación Pública, Josep Monti, explicó cómo su proyecto DNA (Decentralized Nation Autonomous) está ayudando a un gobierno a explorar el ecosistema global de blockchain en busca de soluciones que puedan aplicarse a servicios públicos de identidad, votación, negocios, banca y residencia. En su discurso, Natalia Olson-Urtecho de Disruptive Factory abordó los problemas y las oportunidades de construir asociaciones de tecnología público-privadas en tiempos de crisis económica. «Durante el tiempo que pasé con el equipo de innovación de la administración Obama, pudimos digitalizar nuestro papeleo interno para ayudar a las pequeñas empresas durante la recesión, momento en el que la innovación se desarrolla», explicó Natalia. «Pudimos usar la tecnología para eliminar las barreras internas, dejar de usar papel y concentrarnos en ayudar a los ciudadanos a crear empresas». A nivel más local, Boyd Cohen explicó cómo su startup Iomob tiene como objetivo ayudar a las ciudades a crear un acceso más inclusivo y ágil para una movilidad asequible utilizando tecnologías descentralizadas. «Permitimos la detección, el enrutamiento multimodal y la integración de pagos para que los usuarios puedan acceder en cualquier mercado del mundo a aplicaciones de servicios de movilidad».

Una nueva ética de datos para la era digital

En la sesión de Confianza y Seguridad Digital sobre una nueva ética de datos para la era digital, surgió la idea de crear modelos de negocio basados ​​en la confianza, qué hacer cuando se rompe esa confianza y cómo lidiar con el hecho de que los niños son especialmente vulnerables en el mundo digital. La ética de los datos en el mundo digital es un tema muy importante que necesita una mayor comprensión por parte de todos los actores, incluidos el gobierno y la industria», apuntó la moderadora de la sesión paralela, Katrina Steibel. «Usar los datos de la manera correcta no tiene que ver con qué es técnicamente posible, sino más bien deseable desde el punto de vista de la sociedad».

«Sabemos que nuestra sociedad está sesgada», admitió Pere Nebot, Director Corporativo de Servicios Informáticos de CaixaBank. «Cuando recopilamos esos datos y creamos un modelo, debemos asegurarnos de que los humanos estén implicados y no tomar decisiones directa y exclusivamente basadas en el modelo.

Solo los humanos pueden garantizar que la decisión final sea ética basándose en el resultado del algoritmo, que no es más que un resultado».

Marc Torrent, de Eurecat, destacó el papel de las administraciones públicas para garantizar la preservación de los derechos y la ética digitales en entornos digitales: «Ahora mismo los gobiernos son la clave de este cambio hacia una nueva ética de datos. Para que toda una empresa realice un cambio transformador, muchas personas deben ponerse de acuerdo sobre qué supone la ética de datos. Es necesario que los gobiernos den voz a las pequeñas comunidades que intentan impulsar el cambio».

En representación de i2cat y la Red Europea de Living Labs, Artur Serra recordó a los asistentes la importancia de la inclusión cuando se pretende conseguir que el uso de datos sea ético: «El hecho de estar conectados no significa formar parte de la sociedad digital. Estás digitalizado, pero no necesariamente obtienes los beneficios de la sociedad digital».

Mario Viola de ITS Rio añadió que las personas también tienen la responsabilidad de conocer sus propios valores aplicados en el contexto digital: «La alfabetización digital es algo más que formar a las personas para navegar por la web», dijo. «Es una cuestión de poder elegir qué información obtener y saber cómo controlar tus datos».

El grupo de debate fue seguido por una serie de presentaciones que mostraron formas reales de reforzar la confianza digital:

  • En la ciudad de Madrid, donde Victoria Anderica trabaja por conseguir leyes de transparencia y una plataforma de gobiernoabierta,
  • en Londres, donde Daniele Quercia está construyendo «mapas felices» que ofrecen la opción de optimizar las rutas a aquellas personas que buscan algo distinto a la velocidad, como felicidad, calma, tranquilidad e incluso olores …
  •  en el mundo fintech, done Victoria Yasinetskaya trabaja para promover equipos más equilibrados y diversos en ciencia de datos y desarrollo de software, así como productos digitales que tengan en cuenta las necesidades de todos los usuarios.

Clausura del Summit

Para cerrar el día, la ministra española de Economía y Empresa, Nadia Calviño, pronunció un discurso de clausura, haciendo énfasis en el tema central de la cumbre de Digital Future Society: aunque «la tecnología es importante, las personas lo son aún más».

«Existen muchas herramientas nuevas que deben ponerse al servicio de la sociedad si queremos que la información, los datos y la revolución digital nos beneficien a todos», continuó la ministra Calviño. «Debemos analizar, reflexionar y debatir estas cuestiones, por eso la iniciativa de Digital Future Society es tan importante y la hemos apoyado desde el principio. Creo que Digital Future Society es un excelente ejemplo de entes públicos que trabajan juntos haciendo de este uno de los eventos más importantes del sector a nivel mundial».

Rebosantes de nuevos insights, conversaciones e ideas sobre cómo actuar exactamente, los participantes fueron invitados a reservar la fecha de la próxima edición de la cumbre de Digital Future Society antes del Smart City Expo World Congress de noviembre de 2019