Q&A  | 

¿Ayuda a innovar la criptomoneda?, con Francisco Álvarez Molina

“En este momento hay más de 7.000 [criptomonedas], aunque las más conocidas sean una decena”.

Tags: 'Blockchain' 'Criptomoneda' 'Cryptocurrency' 'Digital transformation' 'dodgecoin' 'economía' 'Financial Sector' 'Paco Álvarez' 'Stock Exchange'

SHARE

Reading Time: 5 minutes

Francisco Álvarez Molina (Madrid, 1946) conoce como pocos los entresijos de los mercados bursátiles: de 1971 a 1995 trabajó en la Bolsa de París, que llegó a vice presidir, y a partir de 1995 fue consejero y director general de la Bolsa de Valencia.

Ha sido también, entre otras cosas, director general de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros y presidente de la Asociación Europea de Centros Financieros Regionales.

Pero este doctor en Ingeniería Informática y licenciado en Matemáticas es, además, un gran divulgador y un libre pensador. En 2000 se unió a la Economía del Bien Común (EBC), teoría nacida en Austria en 2010 que considera que el sector financiero sólo será útil si busca el beneficio económico para todos.

¿Qué es una criptomoneda y cómo funciona?

Cripto viene del griego “kryptos” (oculto o encubierto). El término hace referencia al verbo encriptar, que significa ocultar datos con una clave para que no puedan ser vistos por los que no disponen de ella. 

La criptomoneda es dinero digital, es decir, dinero que no está representado físicamente por billetes o monedas sino por mecanismos informáticos que utilizan una clave. 

El nombre bitcoin, la criptomoneda más conocida, ejemplifica perfectamente dicho concepto dado que “bit” es el acrónimo de “binary unit” (la unidad básica de información digital) y de “coin”, que es la palabra inglesa para moneda.

¿Cuántas criptomonedas existen ahora mismo en el mercado?

En este momento más de 7.000, aunque las más conocidas sean una decena. Es importante destacar que no todas utilizan el mismo sistema de encriptación, si bien la mayoría utiliza el famoso algoritmo informático conocido como “blockchain”.

Éste es algo parecido a un certificado que acompaña cualquier transacción que se realice con la criptomoneda y que se aloja, igual que el algoritmo, en múltiples ordenadores, lo que evita que pueda ser alterado. Así, la criptomoneda tiene un control descentralizado. 

Esta descentralización es otra de las características de las criptomonedas con respecto a los billetes y monedas físicos cuya emisión y control están centralizados.

El valor de Dogecoin, nacida casi como una broma y basada en un meme, marcó recientemente una subida del 2.000% respecto a su valor a comienzos de año. Parte de ello se debió al respaldo de Elon Musk, el rapero Snoop Doggy Dog y comunidades organizadas de cibernautas en Reddit. ¿Por qué otorgamos valor a una criptomoneda de estas características?

Las preguntas son interesantes. A la primera voy a responder con varias preguntas porque me parecen aclaratorias: ¿Por qué otorgamos valor a un pedazo de papel llamado billete?… es puro papel. ¿Por qué mi panadero me da una barra de pan si yo le doy unas piezas metálicas? 

Es cierto que tanto los billetes como las piezas metálicas tienen la característica de ser medios físicos, pero cuando pago con una tarjeta de crédito no utilizo dinero físico; es una transacción digital garantizada por una entidad financiera que anota en mi cuenta un débito y en la cuenta a quien yo pago un crédito, sin utilizar billetes ni monedas.

¿Cuán volátiles pueden ser las criptomonedas vista la inmediata influencia de hechos tan puntuales y aislados como los mencionados?

Con respecto a la volatilidad del valor de las criptomonedas, ¿Conocemos lo que ocurre con la volatilidad de las divisas oficiales en los mercados financieros? Es cierto que la volatilidad, es decir, los porcentajes de variación del valor de las divisas entre ellas, es inferior a la que están experimentando las criptomonedas, pero el mecanismo es el mismo y ese mecanismo se llama especulación. 

¿Por qué se produce la especulación? Simplemente porque el dinero, tenga el aspecto que tenga, físico o digital, se ha convertido en un fin, en un instrumento para ganar más dinero, y no ha conservado su razón de ser, es decir, simplemente una herramienta que facilita el trueque. 

El sistema liberal-capitalista nos ha educado para que veamos todo como oportunidades de ganar dinero, independientemente de la representación que el dinero tenga. Lo de Elon Musk y Snoop Doggy Dog es simplemente una demostración de que hoy en día la fama y las redes, que todavía están fuera del control de los gobiernos, son capaces de dar credibilidad a lo ficticio y quitársela a lo que “podemos tocar”.

¿Cómo pueden influir las criptomonedas en el sistema financiero mundial y en nuestra economía?

De la misma forma que han influido e influyen las transacciones con billetes y monedas. Lo que cambia es el soporte y los mecanismos. Lo nuevo, que se percibe como una revolución, es la digitalización, pero también se percibió como una revolución hace siglos la aparición de la sal, del cacao o del oro como valor de referencia, o los billetes que representaban las reservas de oro y que hoy no tienen nada que ver con dichas reservas. 

Lo que sí es cierto, como gran novedad, es que el control de las criptomonedas está distribuido, no centralizado como ocurre actualmente. Es la descentralización la que genera inquietud, sobre todo en los bancos centrales, acostumbrados a controlar todo.

Pero el principio es el mismo, la existencia de una herramienta que, independientemente de su forma, facilita el trueque y que, desgraciadamente, como ya he dicho, el sistema liberal-capitalista ha convertido en un fin. 

El Banco Mundial estima que en 2018 las remesas enviadas por trabajadores migrantes a sus países de origen fueron de 589.000 millones de dólares. Según un estudio de la organización Sending Money Home, el mercado del envío de remesas está cada vez más concentrado y en la actualidad sólo tres empresas se reparten el 35%: MoneyGram, RIA y Western Union. Típicamente, éstas cobran alrededor de un 20% de comisión. Así mismo, el acceso a financiación es uno de los principales problemas en los países en desarrollo. ¿Pueden ser estos últimos los principales beneficiarios de una economía basada en las criptomonedas?

Que haya entidades – según Sending Money Home- que cobran 20% de comisión por hacer transferencias de divisas, además a trabajadores migrantes, y que ese porcentaje se acepte como normal por los supervisores bancarios y los bancos centrales, cuando en realidad es una tropelía, nos debería llevar a la pregunta de por qué lo aceptan y cómo es posible que lo hagan. Es un “robo” a mano armada. 

Es evidente que tanto las criptomonedas como las monedas sociales merman los poderes de la banca y abaratan costes simplemente porque, de alguna forma, salen del control centralizado de los bancos mundiales.

¿Beneficiaría un sistema descentralizado de financiación a la innovación? ¿Son las instituciones financieras de hoy en día un obstáculo para la misma?

Todo mecanismo que abarate costes financieros es positivo para la sociedad en general y para el sector empresarial en particular. El sector empresarial no puede vivir sin la innovación, dado que la innovación debe abarcar todos los sectores productivos, e innovar no es únicamente inventar algo, es, ante todo, mejorar lo existente. 

Las instituciones financieras han sido y seguirán siendo un obstáculo para la innovación en la medida en la que dejan de lado toda innovación que no sea dinerariamente muy rentable.

¿Podríamos prescindir ya de las instituciones que intervienen hoy en día en las transacciones que realizamos con nuestro dinero, que ya tiene formato mayormente digital?

Es necesario distinguir entre la existencia del dinero y “la validez” de su representación, sea física o digital. 

La representación debe ser avalada, controlada y verificada siempre. Para ello se necesitan entidades o instituciones que deben ser reguladas y controladas por los poderes públicos, aunque dichas entidades o instituciones tengan que adaptar su funcionamiento a la evolución de la representación del dinero y de los medios de pago.

Podemos prescindir sin problemas de todas las instituciones financieras cuyo único objetivo es el dinero por el dinero, pero no de aquellas que, como intermediarias, hacen pagar sus servicios razonablemente, pensando en el bienestar de la sociedad y no sólo en la remuneración de sus directivos y de sus accionistas.

¿Cuál es el impacto que tienen los sistemas financieros centralizados en nuestra libertad financiera? ¿Cómo impactaría un sistema descentralizado en esa libertad?

Tengo que confesar que utilizar la palabra “libertad” en los sistemas financieros me produce una rara sensación… ¿Libertad de qué o sobre qué? 

La ciudadanía y las empresas están obligadas a utilizar los mecanismos que los sistemas financieros imponen porque si no los utilizan se encontrarán fuera de todos los intercambios posibles que utilicen la herramienta dinero. 

Lo que es cierto es que la utilización de criptomonedas, con control descentralizado, introduce una alternativa en apariencia más “democrática”.