Q&A  | 

Cómo el big data puede ayudar a los emprendedores, por Irene Arias Hofman, Banco Interamericano de Desarrollo

"La disponibilidad de datos puede suponer en la supervivencia y progresión de las personas."

Tags: 'América Latina' 'Banco Interamericano de Desarrollo' 'BID Lab' 'Caribe' 'Datos' 'Emprendimiento' 'Financiación' 'Irene Arias Hoffman' 'Países en desarrollo'

SHARE

Reading Time: 6 minutes

Irene Arias Hofman lidera el BID Lab, el laboratorio de innovación del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo. El BID es una entidad que se dedica exclusivamente a invertir en startups incipientes y a promover la innovación en América Latina y el Caribe (ALC), particularmente la que permite reducir las brechas de desigualdad que existen en la región exacerbadas hoy por la pandemia.

“Impulsamos soluciones, la mayoría de base tecnológica, dirigidas a cambiar la vida a millones de personas en situación vulnerable bien sea por condiciones económicas, sociales o ambientales, y lo hacemos apoyando a emprendedores trabajando de la mano con inversionistas, aceleradoras, colaborando con universidades, ONGs, corporaciones, de manera abierta con otros ecosistemas de innovación de la región y el mundo”, explica Arias Hofman.

¿Qué entendemos por gobernanza de datos?

Todas aquellas reglas, políticas y procedimientos que regulan el procesamiento de datos en una organización: cómo y de qué fuentes se obtienen, cómo se transforman preservando su calidad, su correcto etiquetado y su consistencia, cómo se custodian y almacenan y en qué condiciones se permite el acceso a los mismos (a quién y cuándo) para convertirlos en información útil de cara a la toma de decisiones. 

En todo el proceso se debe garantizar el cumplimiento de las distintas regulaciones vigentes, que son especialmente estrictas, sobre todo en algunos territorios, si se trata de la privacidad y protección de los datos de la persona.

 

¿Cómo puede la gobernanza de datos ayudar al emprendimiento?

La disponibilidad de datos es sin duda importante para los emprendimientos y no sólo para los de base tecnológica, sino prácticamente para cualquier tipo de iniciativa, porque hacen más certeras las decisiones de sus actores. 

Por ejemplo, si uno quisiera montar un negocio aparentemente sencillo, como una panadería, disponer de los datos adecuados que aseguran la realidad de los supuestos de cualquier plan de negocio puede suponer la diferencia entre una buena o mala decisión. La información sobre la movilidad en la zona, sobre el tipo de habitantes (edad, género, ingresos) y sus hábitos o sobre la competencia, permitirá seleccionar el sitio más adecuado para establecer el negocio, donde haya más densidad y más gente de paso, y adaptar el tipo de pan a poner a la venta para satisfacer la demanda de la clientela de la zona.

Por supuesto que, si el emprendimiento es más sofisticado y tiene una base tecnológica, la disponibilidad de datos adecuados se convierte en algo mucho más importante. Las iniciativas que empiezan a explotar por ejemplo la inteligencia artificial requieren de la disponibilidad de datos de calidad. Sin duda es apasionante imaginar la transformación que la disponibilidad de datos puede suponer en la supervivencia y progresión de las personas que decidan apostar por el desarrollo de sus ideas.

 

¿Y al emprendimiento femenino?

Los movimientos para la apertura del acceso a datos, Open Data en inglés, tienen cada vez más fuerza a nivel internacional y son radicalmente inclusivos, permitiendo su acceso a cualquier persona independientemente de su género, condición social o económica.

No obstante, en el caso del emprendimiento femenino, particularmente cuando se apoya intensivamente en la tecnología, sigue existiendo una brecha en el acceso a la formación, al igual que sucede con cualquier tipo de especialidad TIC. Es necesario que aumente el número y el porcentaje de mujeres expertas en el uso de datos, científicas de datos, para impulsar el emprendimiento de base tecnológica con equipos diversos y mitigar el sesgo algorítmico.

En países en desarrollo, donde la mujer carece de acceso a herramientas y conocimientos digitales, ¿cómo puede la tecnología ayudarle a emprender?

Existe un gran y abundante talento emprendedor femenino de alto impacto en nuestra región. El problema es que, en estos momentos, pocas de ellas han podido aprovechar al máximo su potencial por la falta de oportunidades: acceso a educación de calidad, financiamiento para crear y escalar compañías, etc. 

La buena noticia es que hoy más que nunca la tecnología ha alcanzado cierto punto de inflexión, facilitando infraestructuras que aceleran la construcción de las soluciones, así como democratizando el acceso a los conocimientos y habilidades que ya están ayudando a las emprendedoras y a sus equipos a estar mucho mejor equipados para crear compañías escalables. 

Vinculado a esto, quisiera resaltar que el talento tecnológico de la región (programadores, expertos de datos, IA/machine learning, blockchain, etc.), cada vez más reconocido y valorado no solo a nivel regional sino internacionalmente, es un semillero natural de futuros emprendedores, por lo que consideramos fundamental continuar testeando y apoyando nuevos modelos de formación de talentos tech con habilidades blandas. 

¿Puede darnos algún ejemplo concreto de proyectos innovadores con impacto a gran escala en poblaciones vulnerables?

Son muchas las iniciativas que estamos apoyando con impacto en poblaciones vulnerables. 

Por poner un ejemplo, en el año 2014 BID Lab financió con recursos no reembolsables a la empresa Kingo Solar de Guatemala, una empresa dedicada a llevar energía solar a familias de ingresos muy bajos sin acceso a electricidad. La inversión de BID Lab se destinó a testear un kit de energía solar remoto, orientado a familias pobres de Guatemala. El kit solar es una poderosa herramienta para ayudar a los niños de escasos recursos a estudiar, a las familias pobres a conservar los alimentos, a tener acceso a la información (TV / radio) y la comunicación (teléfonos celulares).

El kit no solo permite a las familias acceder a una mejor calidad de vida, sino que también beneficia a personas que se convierten en asistentes técnicos de Kingo a nivel local. La financiación no reembolsable de BID Lab hizo posible que en 2017 la empresa recibiera capital del fondo de capital emprendedor HREFF como parte de la ronda Serie B de la empresa (US$ 3M), y con esos recursos llegó a los 50.000 hogares en América Latina. Actualmente, la compañía se encuentra en su ronda de financiamiento Serie C, con una inversión adicional de BID Invest.

¿Es la fintech una de las herramientas más importantes para la mujer emprendedora en países en desarrollo?

La región sufre de un nivel de bancarización notablemente bajo. 

 

Las innovaciones fintech están jugando un rol sin precedentes en la inclusión financiera, acelerando la democratización del acceso a productos y servicios financieros de personas, pequeñas y medianas empresas. Otra cuestión es si las herramientas fintech están alcanzando al sector emprendedor en la región y el mundo.

Un ejemplo de herramientas fintech para el emprendimiento serían las plataformas de financiación participativa. En este sentido, las fórmulas alternativas de financiación al emprendimiento todavía tienen un largo camino por recorrer.

Un aspecto a resaltar sobre el ecosistema Fintech es la participación de mujeres emprendedoras. 

Es particularmente positivo que en esta revolución fintech en América Latina y el Caribe el talento emprendedor femenino viene pisando fuerte: una de cada tres startups fintech en nuestra región cuenta con una mujer en su equipo fundador, según los últimos datos publicados por el BID. Este dato se encuentra muy por encima de la media global, estimada en un 7% según el mismo informe. 

A su vez, el 80% de las Fintech relevadas cuenta con mujeres como parte de su plantel, otro signo de un protagonismo creciente del talento tecnológico femenino en el sector. 

¿Considera que existen brechas de género en el sector de las empresas emergentes/start-ups? En caso afirmativo, ¿puede darnos algún ejemplo?

La brecha de acceso a financiación continúa siendo uno de los principales cuellos de botella que enfrentan las emprendedoras en la región. Los datos indican que en América Latina, menos del 2% de venture capital es canalizado a compañías lideradas por mujeres. 

Esto al final termina siendo una gran oportunidad perdida a nivel de inversiones y negocios dado que las mujeres controlan el 64% de las decisiones de gasto de los hogares, es decir, alrededor de 20 trillones de dólares en gasto de los consumidores a nivel mundial.

El acceso a financiación es percibido como el mayor desafío y motivo de frustración para las emprendedoras, pero no es el único. Según un relevamiento reciente de BID Lab, en una realidad donde el 46% de las emprendedoras STEM cuenta con al menos un dependiente, el balance trabajo-vida personal y el rol social de las mujeres fueron identificados como otros grandes desafíos que enfrentan las mujeres a la hora de llevar adelante el proyecto de compañía propia. 

 

¿Considera que la mujer tiene unas características específicas frente al hombre en el terreno del emprendimiento?

“Propósito, desafíos y pasiones personales, y compromiso para solucionar problemas apremiantes de sus comunidades o países” fueron las motivaciones más repetidas para crear nuevas compañías entre más de 1.100 emprendedoras encuestadas para un estudio que hizo BID Lab sobre emprendimiento femenino STEM en América Latina y el Caribe. Esto se alinea con los sectores más representativos de startups co-fundadas por mujeres en nuestra región: fintech, edtech y healthtech/biotech, justamente los que tienen grandes oportunidades de crecimiento y potencial de impacto. 

Además de esta inclinación para crear compañías con mayor impacto social, hay estudios que indican que las emprendedoras suelen tener una visión más matizada del riesgo, evitando tomar aquellos poco prudentes, y ser por lo general más ambiciosas que los hombres para transformarse en emprendedoras en serie. Ya conocemos numerosos estudios que evidencian que compañías con al menos una mujer  entre los fundadores tienen un mejor desempeño que compañías lideradas exclusivamente por fundadores hombres: esto es, mayores ventas y ganancias. 

Es por todas estas razones que nos parece fundamental seguir trabajando fuertemente para crear un ecosistema donde las emprendedoras puedan desplegar todo su potencial y prosperar.