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Nicole Sandler

«La colaboración es clave para la innovación y la educación es esencial»

Tags: 'Blockchain' 'Innovación pública' 'Inteligencia artificial' 'Sandbox'

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Nicole Sandler es abogada en el equipo de Políticas Regulatorias Globales de Barclays. Actualmente se centra en el impacto futuro de la regulación y en iniciativas relacionadas con la tecnología financiera en Barclays en el Reino Unido y en todo el mundo, incluido el asesoramiento sobre diversas iniciativas regulatorias propuestas por reguladores como la FCA, MAS y la CFTC. Nicole trabaja con reguladores tanto en el Reino Unido como a nivel mundial sobre asuntos relacionados con la tecnología financiera para Barclays y representa a Barclays en varios foros de regulación y grupos industriales. Entre otros, Nicole ha participado en el Grupo de Estrategia Digital BBA y también representó a Barclays en las mesas redondas sobre monedas virtuales y blockchain de EDCAB en el Parlamento Europeo.

¿Cómo explicaría un sandbox o sandboxing a un novato?

En términos simples, un sandbox es un «espacio seguro» para que las empresas prueben soluciones innovadoras con la orientación de los reguladores.

¿Cuáles son las ventajas de un sandbox regulatorio desde el punto de vista de la empresa privada?

Creo que una de las principales razones por las que las empresas implementan un sandbox es porque quieren entender si pueden lanzar un producto al mercado y quieren tener una relación con el regulador para ver si su producto cumplirá los requisitos reglamentarios y será viable en el mundo real.

Si una empresa privada desea innovar, deberá asegurarse de que su caso práctico se ajusta a la regulación.

Para los reguladores, los sandboxes podrían suponer una oportunidad para comprender completamente las distintas innovaciones, porque el entorno del sandbox les ofrece la oportunidad de trabajar estrechamente con expertos de la industria.

Los sandboxes se crearon con la idea de que los reguladores serían capaces de comprender completamente la tecnología si también explorasen ese espacio y trabajasen en estrecha colaboración con expertos de la industria. ¿Es así?

Sin duda, ese fue uno de los objetivos centrales de los sandboxes desde el punto de vista político.

Una de las razones principales por las que se crearon los sandboxes fue para ayudar a los regulares a comprender casos prácticos específicos y, en última instancia, garantizar la protección del consumidor y mitigar los riesgos del mercado de las nuevas tecnologías, al tiempo que se fomentaba una innovación que interesa a todo el mercado, incluidos los consumidores.

Este sigue siendo uno de los objetivos principales.

Una de las razones principales por las que una empresa implementa un sandbox es porque quiere saber si puede lanzar un producto al mercado. ¿Participar en un sandbox garantiza automáticamente un sello de aprobación? ¿Un sandbox da ventaja competitiva?

Los reguladores a menudo recalcan que al implementar un sandbox no están aprobando ese producto o compañía (y ciertamente no le otorgan ninguna credencial de aprobación). Un estudio llevado a cabo por Deloitte en 2018 puso de manifiesto que había muchas razones por las cuales las empresas implementaron el sandbox de la FCA.

«Naturalmente, varias empresas querían usar el sandbox principalmente para comprender cómo se aplicarían los requisitos reglamentarios a sus servicios o productos innovadores, y/o qué tipo de autorización podrían necesitar, en caso de que hiciera falta. Otros pensaron que las pruebas del sandbox acelerarían la creación de un producto mínimamente viable; y otros quisieron aprovechar la oportunidad de probar su producto en vivo con clientes reales».

La Autoridad de Conducta Financiera (FCA) está adoptando un entorno de sandbox global para permitir la innovación fintech en mercados emergentes. ¿Cómo ve esta evolución?

La colaboración es clave para la innovación. La Red Global de Innovación Financiera (GFIN) es un gran ejemplo de colaboración transfronteriza entre legisladores. Un sandbox global permitiría a las empresas trabajar con muchas personas/empresas diferentes, procedentes de distintos sectores, pero también de más allá de sus fronteras y, gracias al sandbox global y al centro de conocimiento GFIN, podrían identificarse dónde difieren los requisitos reglamentarios de las diferentes jurisdicciones en cada caso de uso concreto.

La tecnología financiera no conoce fronteras. Los actores de la industria quieren trabajar estrechamente con varios reguladores y legisladores y quieren que estos trabajen juntos. Por eso creemos que sería valioso que los sandboxes fuesen más globales. La educación también es clave, es importante que los responsables políticos involucrados en las pruebas sandbox puedan aprender de la experiencia de otras jurisdicciones.

¿Cuáles son las lecciones clave que se han aprendido del trabajo conjunto del sector público y privado con respecto a la regulación?

La colaboración es clave para la innovación y la educación es esencial.

Para contar con una regulación efectiva, uno debe comprender el caso de uso que se está regulando y la mejor manera de hacerlo es que los reguladores y la industria aprovechen el amplio conocimiento de cada uno.