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Nigeria y el cambio social surgido del activismo digital por Gbénga Ṣẹ̀san

Gbénga Ṣẹ̀san es activista por las libertades digitales en África: “Es muy importante garantizar la dignidad humana online; de lo contrario, la confianza entre nosotros se derrumbará”.

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Gbénga Ṣẹ̀san es director ejecutivo de Paradigm Initiative (PIN), una empresa social con sede en Nigeria en que trabaja para integrar en el mercado laboral digital a jóvenes africanos desfavorecidos y garantiza la protección de sus derechos.

Su programa de defensa de los derechos digitales ha sido clave en el desarrollo de políticas públicas para la libertad en Internet en África. Allí organizan talleres de derechos digitales (en Camerún, Gambia, Kenia, Lesotho, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Uganda y Zambia ), lideran iniciativas para promover la libertad de expresión y la privacidad desafiando regímenes de vigilancia de los ciudadanos (Gambia, Nigeria), y capacitan a organismos en el área de los derechos digitales (Malawi, Sudán del Sur, Tanzania, Zambia, Zimbabwe).

¿Por qué debemos defender nuestros derechos digitales?

La dignidad es tanto una necesidad como un derecho humano. En la era digital en la que ya vivimos, gran parte de nuestra existencia está envuelta en experiencias digitales por lo que es extremadamente importante garantizar que la dignidad humana también se respete en los entornos online. 

Si no lo hacemos, la confianza se derrumba y esto puede acabar convirtiéndose en una amenaza para muchas cosas, incluidas las empresas, las relaciones entre el gobierno y los ciudadanos y más.

¿Puede explicar algunos casos prácticos de defensa de los derechos de los ciudadanos en Internet por parte de Paradigm?

Creemos que hay que enseñar a los ciudadanos a defenderse en lugar de recurrir siempre “expertos” que defiendan esta causa y también que es necesario romper los silos de internet [noticias, información, opinión y comunidades de debate dominados por un único punto de vista] para lograr dichos objetivos. 

Para ello sería necesario redactar informes de políticas que contemplen puntos de vista alternativos para los gobiernos o proporcionar formación sobre derechos digitales a las agencias de seguridad. 

Muy importante en nuestro trabajo es también evitar la jerga y analizar qué tipo de comunicación puede funcionar mejor para nuestro público, razón por la cual nuestro informe anual de derechos digitales se produce ahora en varios idiomas (inglés, francés, swahili). Así mismo realizamos cortometrajes de los informes para que aquellos que no tienen la paciencia para leer 72 páginas puedan ver una película de 19 minutos que transmite el mensaje de una manera que nunca olvidarán.

¿Deberíamos promover y concienciar sobre nuestros derechos digitales de una manera más práctica?

¡Sí! Uno de los problemas de dejar esta tarea en manos de esas pocas personas que consideramos líderes en este área es que podrían volverse retóricos en su enfoque y perder la conexión con la innovación. Si todos participamos, obtenemos el beneficio de ver las cosas desde diversas perspectivas y también aprendemos lo que no funciona.

¿Es diferente la situación de las libertades digitales en África y Europa? ¿Cuáles son los asuntos más urgentes en esos territorios en lo que respecta a la libertad en Internet?

Aunque Europa también tiene problemas en lo relacionado con derechos digitales, los de África son bastante diferentes y, en algunos casos, implican las condiciones básicas para poder hacer cumplir los derechos fundamentales que existen en las leyes nacionales pero que no se practican en la realidad. 

Algunas de las necesidades más urgentes de África incluyen el respeto a la privacidad (y protección) de los datos, garantizar la libertad de expresión, combatir las interrupciones de la red, combatir la vigilancia ilegal y garantizar que los entornos legales respeten los derechos.

¿Cómo afectan los derechos digitales a los derechos civiles en general? ¿Están ambos entrelazados para siempre?

Como todos los derechos humanos, los derechos digitales juegan un papel fundamental para que los ciudadanos puedan disfrutar de sus derechos civiles sin temor a que los espacios cívicos sean cerrados o atacados. 

Los derechos digitales y los derechos civiles están más entrelazados que nunca porque la mayoría de los canales de participación cívica son cada vez más online.

El mundo ha seguido de cerca el movimiento #EndSARS que al mismo tiempo ha logrado mucho y costado mucho a los nigerianos. ¿Es este un ejemplo de cómo los derechos digitales pueden provocar un cambio social?

Una de las primeras cosas que intentó hacer el gobierno nigeriano después de la ola de protestas #EndSARS de octubre fue restringir el espacio cívico online ya que es un motor importante del cambio social. 

A medida que más africanos se conecten y aumentemos el 39% actual de penetración de Internet, se darán más debates online sobre el cambio social y luego estos debates se trasladarán a las calles e incluso a las urnas.

¿Cuáles son los principales riesgos del activismo online en lo que respecta a los derechos civiles?

En muchos países africanos, el principal riesgo del activismo online es el mismo que cualquier otra forma de activismo: ser etiquetado como disidente y convertirse en objetivo de los cuerpos de seguridad. 

Estas instituciones gubernamentales están militarizadas y su único lenguaje en respuesta al activismo, que a menudo se etiqueta como una perturbación de la paz nacional o un riesgo para la seguridad, incluye provocaciones constantes, documentos de viaje incautados, cárcel, hostigamiento continuo e incluso daños corporales.