En los últimos años, la sociedad ha cambiado de forma profunda y rápida, y esto no necesariamente se ha visto reflejado en las prácticas y contenidos de las instituciones educativas.

En el 2022, con 13,9%, España encabezaba las tasas de abandono escolar temprano en la Unión Europea, hecho que iba de la mano con un rendimiento académico deficiente. Los expertos adjudican este fracaso, en parte, a la falta de flexibilidad y excesiva rigidez del sistema educativo español. Dentro de las escuelas, las trayectorias de aprendizaje suelen ser uniformes con el fin de cumplir con un currículo común para todos y no responden a contextos, intereses u objetivos diversos y personales.

El éxito educativo y el aprendizaje están correlacionados, entre otros factores, con la motivación. Esta incrementa si los aprendizajes escolares tienen sentido y aportan valor personal a quien aprende, contribuyendo a su autoconocimiento, a un mejor entendimiento de su realidad y a la construcción activa de un futuro con escenarios que les impliquen y potencien sus capacidades.

La personalización del aprendizaje es un tema reiterativo en cualquier discurso sobre innovación dirigido a promover la calidad educativa en el nuevo contexto mundial y es parte central del camino hacia una educación de calidad.