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Así fue la ciberdelincuencia global en 2020, con IC3 FBI

"En 2020 recibimos un número récord de denuncias: 791.790, con pérdidas declaradas que superaron los 4.100 millones de dólares".

Tags: 'Centro de Denuncias de Delitos en Internet del FBI' 'ciberdelincuencia' 'ciberdelitos' 'estafas digitales'

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El Centro de Denuncias de Ciberdelitos del FBI es uno de los organismos más importantes del mundo en este campo: alberga un portal donde víctimas de todo el globo pueden denunciar los delitos en Internet y desde el que se alerta al público, lleva a cabo el análisis y estudio de dichas denuncias, recupera activos y colabora con el sector privado así como organismos locales, estatales, nacionales e internacionales.

¿Cuáles han sido los ciberdelitos más frecuentes en 2020?

El más frecuente fue el phishing/vishing/smishing/pharming. Se trata del uso de correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas telefónicas no solicitadas que supuestamente proceden de una empresa legítima y que piden datos personales, financieros y/o de acceso. 

El segundo fueron los impagos/no entregas (por ejemplo, con motivo de compras en línea), seguido por la extorsión y la violación de datos personales. 

La suplantación de identidad o la información de contacto (número de teléfono, correo electrónico y sitio web), falsificadas deliberadamente para inducir a error y pretender que provienen de una fuente legítima y las estafas basadas en la confianza o las relaciones románticas también son comunes. 

Las ciberestafas más rentables fueron el BEC (Business Email Compromise) y los fraudes de confianza o románticos.

¿Qué grupos de población se ven más afectados por la ciberdelincuencia?

Las personas de 40 a 49 años y las mayores de 60 son las más afectadas por las ciberestafas, estas últimas de forma predominante. Las víctimas mayores de 60 años son el objetivo de los delincuentes porque se cree que disponen de importantes recursos financieros.

Pueden encontrarse con estafas que incluyen el pago de dinero por adelantado, fraude de inversión, estafas románticas, estafas de servicio de soporte técnico, estafas de suplantación de identidad del gobierno, estafas de sorteos/caridad/lotería, estafas de reparación de viviendas, estafas de televisión/radio y estafas de familiares/cuidadores.

Si los delincuentes tienen éxito tras el contacto inicial, a menudo seguirán victimizando a estas personas.

Como resultado del significativo aumento y el impacto de las estafas dirigidas a las personas mayores, el IC3 tiene previsto publicar su primer informe anual centrado totalmente en el fraude a las personas mayores en 2021.

Al parecer, las estafas haciéndose pasar por servicio técnico están aumentando significativamente.

Son un problema creciente. Esta estafa consiste en que un delincuente se hace pasar por proveedor de asistencia o servicio técnico, de seguridad o de atención al cliente.

Las últimas denuncias hablan de delincuentes que se hacen pasar por personal de atención al cliente de instituciones financieras, empresas de servicios públicos o empresas de cambio de moneda virtual.

En 2020, el IC3 recibió 15.421 denuncias relacionadas con el fraude de soporte técnico de víctimas de 60 países.

Las pérdidas ascendieron a más de 146 millones de dólares, lo que representa un aumento del 171% respecto a 2019. La mayoría de las víctimas, al menos el 66 por ciento, dicen tener más de 60 años de edad y representan al menos el 84 por ciento de las pérdidas (más de 116 millones de dólares).

¿Cuáles fueron los principales países víctimas a nivel internacional?

Excluyendo a Estados Unidos, el Reino Unido ocupa el primer lugar en actividad ciberdelictiva, seguido de Canadá, India, Grecia, Australia, Sudáfrica, Francia, Alemania y México. España aparece en el puesto 14.

¿Cómo afectó la pandemia COVID19 a la ciberdelincuencia?

En 2020, mientras la sociedad estadounidense se centraba en proteger a nuestras familias de una pandemia mundial y en ayudar a otros necesitados, los ciberdelincuentes aprovecharon la oportunidad de beneficiarse de nuestra dependencia de la tecnología para cometer una oleada de delitos en Internet.

Estos delincuentes utilizaron el phishing, la suplantación de identidad, la extorsión y varios tipos de fraude a través de Internet para atacar a los más vulnerables de nuestra sociedad: trabajadores médicos que buscaban equipos de protección personal, familias que buscaban información sobre cheques de ayuda para pagar las facturas y muchos otros.

El IC3 recibió un número récord de denuncias en 2020: 791.790, con pérdidas declaradas que superaron los 4.100 millones de dólares. Esto representa un aumento del 69% en el total de quejas con respecto a 2019.

Uno de los delitos más prevalentes durante la pandemia ha sido la suplantación de trabajadores del gobierno. Los delincuentes se dirigen a las personas a través de las redes sociales, correos electrónicos o llamadas telefónicas fingiendo ser del gobierno e intentan obtener información personal o dinero ilícito a través de farsas o amenazas.

Cuando la respuesta a la COVID-19 se centró en las vacunas, surgieron estafas que pedían a la gente que pagara de su bolsillo para recibir la vacuna, que pusiera su nombre en una lista de espera de vacunas o de acceso prioritario. Anuncios fraudulentos de vacunas aparecieron en medios sociales o llegaron por correo electrónico o llamadas telefónicas.

¿Cómo podemos protegernos de los estafadores?

Extremar las precauciones en la comunicación online. Verificar el remitente de los correos electrónicos. Los delincuentes a veces cambian sólo una letra en una dirección de correo electrónico para que parezca una conocida.

Además, desconfíe de los archivos adjuntos o de los enlaces. Pase el ratón por encima de un enlace antes de hacer clic para ver a dónde le envía.

Cuestione a cualquiera que te ofrezca algo que sea «demasiado bueno para ser verdad», una oportunidad de inversión secreta o un consejo médico.

Confíe en fuentes de fiables, como su propio médico, el Centro de Control de Enfermedades y su departamento de salud local para la información médica y organismos como la Comisión Federal de Comercio y el Servicio de Impuestos Internos para la información financiera y fiscal.