Jesús Hernández es Director de Accesibilidad Universal e Innovación de Fundación ONCE, desde donde trabaja para potenciar la accesibilidad de espacios, productos y servicios.
Entre otras actividades, Hernández y su equipo llevan a cabo diagnósticos para conocer el estado de la accesibilidad de espacios, productos y servicios, acciones de sensibilización y formación, y desarrollo de proyectos de I+D+i en los que tratan de reducir brechas mediante la tecnología.
¿Qué es la accesibilidad universal y cómo es la salud de la misma en España en estos momentos?
La accesibilidad es la característica que debe aplicarse en espacios, productos y servicios para garantizar su uso a personas con discapacidad, mayores y otros colectivos vulnerables.
España es un país de referencia en materia de accesibilidad, aunque eso no significa que todos los espacios, productos y servicios sean accesibles. Aún queda camino por recorrer.
¿Cómo puede la tecnología facilitar esa accesibilidad universal?
La tecnología es una gran aliada, ya que potencia la accesibilidad. Por ejemplo, gracias a la tecnología, las personas con discapacidad podemos conocer cuánto falta para que llegue el autobús que vamos a tomar. Esto es posible gracias a la disponibilidad de terminales móviles accesibles y aplicaciones correctamente diseñadas.
No obstante, la tecnología también se convierte en una gran barrera si en su diseño no se contemplan las necesidades de todas las personas.
¿Puede hablarnos de algún caso específico de tecnología que la mejore?
Sí, por ejemplo, los semáforos. Desde hace año disfrutamos de semáforos accesibles en un número creciente de ciudades y pueblos. Éstos emiten señales sonoras para que las personas ciegas conozcan cuándo pueden cruzar. Se está trabajando, además, en que los cruces sean más accesibles a personas con múltiples discapacidades, como es el caso de personas sordociegas.
Hoy en día los diferentes sesgos que adquiere la inteligencia artificial y otros tipos de tecnología en su desarrollo representan una de las principales preocupaciones en términos de digitalización. ¿Cuán importante cree que es la participación de personas con discapacidad en el desarrollo de tecnologías para la accesibilidad y la prevención de sesgos en la tecnología en general?
Es importante involucrar a la discapacidad en el diseño de tecnología. Lo ideal sería integrando a personas con discapacidad en los equipos de desarrollo, pero, al menos, se debería contar con este colectivo en el diseño y validación de las soluciones.
Efectivamente, en caso contrario, llegamos a situaciones no deseadas en las que las personas con discapacidad quedamos discriminadas en procesos basados en inteligencia artificial. Por ejemplo, ante una selección de imágenes de forma automática, podría ocurrir que las personas con discapacidad queden fuera simplemente porque su imagen no corresponda a los estereotipos establecidos para la selección.
En su opinión, ¿cómo se puede fomentar dicha participación?
Potenciando en las organizaciones la contratación de personas con discapacidad o involucrando a estos perfiles en la realización de test con usuarios.
¿Qué oportunidades cree que abre la tecnología para la accesibilidad universal en términos económicos?
Muchas oportunidades. A nivel mundial, un 15% de la población tiene algún tipo de discapacidad, por lo que las tecnologías accesibles amplían su potencial uso a este colectivo, así como a sus familias, ya que en el entorno familiar se desarrollan hábitos de consumo. Además, las tecnologías accesibles son más fáciles de usar para todas las personas, incluyendo a mayores, personas con dificultades cognitivas, etc.
Creo que ningún negocio, con independencia de si está basado o no en la tecnología, debe omitir la accesibilidad como característica, ya que de otro modo no será capaz de llegar a todo su público objetivo. Las personas con discapacidad no sólo consumimos productos para la discapacidad: también hacemos la compra, disfrutamos del turismo, vamos al cine, etc.
¿Es relevante el sector de la tecnología para la accesibilidad universal en España?
Sí, es muy relevante, ya que la sociedad hace un uso continuado de la tecnología y, por tanto, ésta debe ser accesible. Por ejemplo, en España, según la legislación vigente, los sitios web y aplicaciones móviles de la administración pública y los sitios web de un volumen importante de empresas, deben ser accesibles, pero la tendencia es que los requisitos de accesibilidad tengan que ser aplicados en un número creciente de productos y servicios, ya que así se promueve desde la Comisión Europea y desde las organizaciones representativas de la discapacidad.
Finalmente, ¿qué tipo de herramienta tecnológica es la que más le gustaría ver aparecer en los próximos años en este sector?
Me gustaría que tendencias tecnológicas actuales, como la robótica o la inteligencia artificial, estuviesen al servicio de la sociedad, sin distinguir o discriminar a quienes tienen discapacidad. Los robots, por ejemplo, pueden ayudar a personas con discapacidad a desenvolverse en entornos complejos, como es el caso de hospitales, centros comerciales, etc.