¿Existe una alternativa a los robots para el cuidado de las personas mayores en un futuro próximo?
¿Cuál puede y debe ser el papel de los robots de asistencia?
¿Cree que los robots pueden contribuir a la deshumanización de la atención a los ancianos?
¿Están las personas mayores suficientemente involucradas en el diseño de robots de cuidado?
¿Cómo podría impactar el uso de robots en el sentimiento y la construcción de la comunidad?
¿Que tecnología se usa actualmente para el cuidado de personas?
¿Equivale la relación con robots a una interacción social real?
Anastasia K. Ostrowski es investigadora de diseño en el Grupo de Robots Personales del MIT Media Lab, donde trabaja con la profesora Cynthia Breazeal y la Dra. Hae Won Park. Dicho grupo es pionero en la robótica social y la interacción con robots humanos.
Su investigación se centra en cómo podemos hacer que las personas participen en el diseño de tecnologías social impulsada por inteligencia artificial como robots sociales o altavoces inteligentes.
Ostrowski aboga por un papel activo de la tercera edad en este campo: "Actualmente, uno de mis intereses se centra en colaborar con los mayores para co-diseñar robots sociales a través del arte, entrevistas, prototipos y otras técnicas".
Se calcula que en 2060 el 30% de la población tendrá más de 65 años, lo que producirá una enorme escasez de personal para el cuidado de personas. ¿Existe una alternativa a los robots en este escenario??
Lo más probable es que los robots serán parte de las innovaciones para el cuidado de personas mayores en el futuro.
Tendremos que adaptarnos a un envejecimiento de la población y a la escasez de personal de atención. Los programas innovadores de atención a las personas, como los hospitales en casa, donde los pacientes son tratados en sus hogares, son un ejemplo.
La tele salud se puede aprovechar no sólo en estas situaciones sino también de forma cotidiana. Ya hemos visto una expansión de la teles alud durante la pandemia COVID-19. Cuando pensamos en el cuidado de adultos mayores en el futuro, necesitamos adoptar un enfoque de sistemas teniendo en cuenta qué tecnología, sistema de salud y cambios en el sistema público son necesarios y se incorporarán mejor al cuidado de los adultos mayores.
¿Cuál puede y debe ser el papel de los robots de asistencia?
A raíz de nuestra investigación, así como de otras, hemos podido constatar que las personas mayores se muestran receptivos a que los robots sociales ayuden con las actividades diarias, que van desde la asistencia física (es decir, llegar a objetos, buscar objetos) la programación de visitas y agenda, recordatorios o asistencia de información hasta el apoyo socio emocional (es decir, la psicología positiva, facilitar las conexiones).
Para ello es esencial que los robots faciliten la conexión con los trabajadores de cuidado, la familia y/o los amigos.
¿Cree que los robots pueden contribuir a la deshumanización de la atención a los ancianos?
No creo que la tecnología contribuya a la deshumanización de la atención de adultos mayores. La cuestión es cómo usamos la tecnología.
Como hemos demostrado en nuestro trabajo, los robots sociales se pueden utilizar para fortalecer las conexiones entre las personas.
Cuando co-diseñamos robots sociales con personas mayores, su visión de las tecnologías futuras es que faciliten las conexiones entre las personas.
Tenemos que apuntar a que los robots y otras tecnologías inteligentes artificiales antropomórficas se utilicen como otra herramienta en el cuidado de ancianos, no como un reemplazo o sustitución por la conexión entre las personas. Necesitamos que estas tecnologías sean herramientas que faciliten el cuidado y la conexión entre los seres humanos.
¿Están las personas mayores suficientemente involucradas en el diseño de robots de cuidado?
En el estado actual del desarrollo de robots, los adultos mayores no están suficientemente involucrados en el diseño de robots de asistencia.
Y lo podrían estar a diferentes niveles. A través de un enfoque de diseño centrado en el usuario, los mayores podrían evaluar de la tecnología, tal vez a través de grupos o entrevistas. El co-diseño o un enfoque de diseño participativo les permitiría convertirse en co-creadores de la tecnología y sus interacciones.
Este es el enfoque que hace que los desarrolladores de tecnología trabajen mano a mano con los investigadores para comprender los pensamientos, ideas, preocupaciones y esperanzas de los adultos mayores, diseñen tecnología de manera consecuente y proporcionen herramientas y metodologías para que los mayores puedan participar.
En su trabajo menciona que no hay suficientes estudios respecto al impacto a largo plazo de los robots de cuidado en el sentimiento y la construcción de la comunidad. ¿Cuál podría ser este impacto?
En uno de nuestros estudios, una comunidad de personas mayores en una residencia asistida vivió con un robot social durante tres semanas. Los ancianos se sintieron más conectados socialmente entre sí en ese período de tiempo. Se involucraron con el propio robot, pero también se enseñaron unos a otros cómo usarlo, se presentaron el robot entre sí y fomentaron sus relaciones interpersonales. Vimos al robot actuar como un «catalizador social», promoviendo las relaciones y conexiones entre las personas mayores.
Esto demuestra cómo esta tecnología se puede utilizar para facilitar la comunicación y la conexión entre las personas. Además, y esto es importante, apoya el diseño y desarrollo de tecnología que priorice la conexión entre personas y complementar las tecnologías con el elemento humano.
¿Puede darnos algún ejemplo de robótica e inteligencia artificial actualmente en uso para el cuidado de las personas mayores?
Pepper, Paro, AIBO, y Joy for All Companion Pets son robots que se utilizan para el cuidado de personas mayores, la mayoría de ellos por sus capacidades como robots de compañía. Estos, junto con Jibo y Nao, se utilizan también para la investigación sobre la tercera edad.
Investigadores y empresas continúan desarrollando robots con el objetivo de que sean autónomos. Las personas mayores también se están convirtiendo en una parte más de este proceso como ha sucedido en nuestro trabajo de co-diseño con mayores. A medida que las capacidades del sistema se expanden y los robots se desarrollan para adaptarse más fácilmente a los contextos sociales y las diversas necesidades de las personas, veremos más robots en el cuidado de personas.
Los robots se pueden diseñar para colaborar con personas mayores y ayudarlos a alcanzar metas a largo plazo, como que sigan los tratamientos médicos, los regímenes de ejercicio y a mantenerse conectados socialmente. Pillo es uno de estos robots, que ha sido diseñado para ayudar a los adultos mayores con su agenda médica. Mabu es otro robot diseñado para ayudar a los pacientes que lidian con enfermedades crónicas.
¿Equivale la relación con robots a una interacción social real?
Desarrollaremos relaciones con robots, pero la pregunta más importante es qué tipo de relación y equivale esa relación a interacción social. Ya desarrollamos relaciones con cosas no humanas como nuestras mascotas. Nuestra relación con los robots puede ser así.
Estos robots también serán «compañeros útiles», lo que significa que colaborarán con las personas mayores para alcanzar sus metas.
Las habilidades relacionales pueden ayudar a que las interacciones con robots sociales sean más exitosas, permitiendo que los mayores prosperen en sus vidas a medida que alcanzan sus metas a largo plazo. Creo que el punto más importante es que, independientemente de cómo nos involucremos con los robots, siempre necesitaremos interrelacionarnos y esa interacción social. Al diseñar robots, debemos priorizar cómo estas tecnologías pueden facilitar y promover el compromiso entre humanos y las relaciones.