¿A qué se debe que no sepamos cuántos trabajadores de plataforma existen hoy?
Aun así, ¿podría darnos una cifra aproximada de riders en Europa?
¿A qué punto llega la rivalidad por los trabajos de plataforma en la presente situación económica?
¿Pueden las big tech gestionar un problema de estas dimensiones?
¿Se están organizando los riders y cómo?
Si no se regula, ¿cómo puede afectar la economía de plataforma a los derechos de los trabajadores?
¿Cómo afecta la economía de plataforma al mercado laboral en general?
Agnieszka Piasna es doctora en sociología por la Universidad de Cambridge e investigadora en el Instituto Sindical Europeo (ETUI) en Bruselas. Desde allí investiga la economía de plataformas en Europa y coordina la Encuesta de Trabajo de Plataforma e Internet de ETUI. El proyecto incluye el desarrollo de herramientas para la recopilación de datos sobre el alcance y las características del trabajo de plataformas y la evaluación de su impacto social y económico.
El afán por desvincularse del trabajador, explica Piasna, "se nota hasta en el vocabulario que utilizan".
En su artículo ‘Counting Gigs’ menciona que seguimos sin saber el número de los trabajadores de plataforma hoy en día. ¿A qué se debe este fenómeno?
La paradoja de la economía de la plataforma es que, aunque sus operaciones generan enormes cantidades de datos y todas las transacciones se registran digitalmente, su tamaño sigue siendo una de las mayores incógnitas.
Cada vez que una plataforma digital actúa como intermediaria en un trabajo deja un rastro digital que contiene información como la naturaleza de la tarea, lo que se ha pagado, la cantidad de horas trabajadas o tareas completadas, y la identidad tanto del solicitante o cliente como del trabajador. Pero las plataformas protegen mucho sus bases de datos privadas sobre flujos de trabajo y salarios y, por lo tanto, apenas hay estudios al respecto.
Los registros administrativos de una plataforma proporcionan el número exacto de trabajadores en esa plataforma en particular. Sin embargo, lo que nos interesa es el total de la mano de obra de plataforma en cada país, y para esto necesitaríamos la información de todas las plataformas y alguna indicación sobre la escala de superposición; es decir, cuántos trabajadores están registrados en más de una plataforma. Nadie ha hecho esto hasta ahora.
En el artículo «Counting Gigs» analizo también otras formas, a veces muy creativas, de recopilar información sobre el tamaño de la economía de plataforma. Algunos ejemplos son buscar en la web vacantes en las plataformas más populares, usar estadísticas de Google, acceder a cuentas bancarias particulares para trazar los pagos de las más importantes plataformas o usar datos fiscales, aunque éste no es el aspecto más fuerte de la economía de plataforma. Desafortunadamente, todos tienen serias debilidades y no nos llevan mucho más lejos.
Otra forma de contar a los trabajadores de plataforma sería seguir los mismos métodos que se utilizan en las estadísticas oficiales del mercado laboral, frecuentes encuestas de población a gran escala. Las oficinas nacionales de estadística, sin embargo, se han mostrado bastante reacias a incluir preguntas directas sobre el trabajo en plataformas en sus encuestas convencionales de población activa. Una razón importante es la falta de consenso en la definición. Las raras encuestas transnacionales que se han hecho proporcionan resultados tan divergentes que plantean incluso más preguntas de las que se proponen responder.
Aun así, ¿podría darnos una cifra aproximada de riders en Europa?
Se calcula que la cantidad de personas que realizan trabajos de plataforma de cualquier tipo al menos mensualmente varía entre el 0,2% y el 10% de la población adulta, según la fuente y el país en cuestión. La Encuesta de Trabajo en Plataforma e Internet de ETUI sitúa la cifra entre el 0,4% y el 3% de la población en edad de trabajar. En la Unión Europea el 1% de la población adulta son 3 millones de personas. Por tanto, estos números no son insignificantes.
Es difícil hacer un cálculo preciso de la proporción de riders dentro de este grupo. En Bélgica durante 2017 trabajaron alrededor de 3.500 riders. Si bien muchos de ellos sólo habrán llegado a hacer un puñado de entregas antes de dejarlo, el número representa aproximadamente una décima parte de todos los trabajadores de servicios postales y de mensajería en Bélgica, o el 3% de la fuerza laboral del transporte terrestre.
Según Bloomberg, los riders de Amazon están colgando sus móviles en los árboles para obtener más trabajo. ¿Refleja esto la feroz rivalidad por los trabajos de plataforma en la presente situación económica?
Para poder cuadrar solicitudes de clientes con trabajadores, las plataformas laborales en línea dependen del acceso a una gran cantidad de estos últimos y de que sean fácilmente disponibles. Para asegurar ese acceso, las plataformas están constantemente contratando nuevos trabajadores y es muy fácil comenzar a trabajar para ellos, lo que contrasta con un proceso de contratación formal y a menudo largo en la economía tradicional.
Este modelo de negocio conduce a una sobreoferta de trabajadores, una situación en la que hay más personas dispuestas a trabajar a través de una plataforma que trabajo disponible. Esto inevitablemente aumenta la competencia entre trabajadores. Permite que las plataformas mantengan los precios en niveles muy bajos, pero para los trabajadores a menudo se convierte en una verdadera lucha por asegurarse suficiente trabajo.
Que los riders de Amazon cuelguen teléfonos en los árboles es una manifestación de esto, pero también hay ejemplos de estrategias comparables en otras plataformas. Por ejemplo, los trabajadores de plataformas en remoto (crowdworkers) desarrollan plugins para filtrar tareas o para solicitarlas instantáneamente tan pronto como aparecen en línea.
El mismo artículo menciona que existen intermediarios ilegales entre Amazon y los riders que cobran a estos últimos para asegurarse más rutas, lo que va en contra de las políticas de Amazon que, según los riders, lo sabe y no hace nada. ¿Pueden las big tech gestionar un problema de estas dimensiones?
En gran medida todo esto depende del papel que las plataformas online están dispuestas a asumir en el mercado que organizan. Es importante recordar que renuncian explícitamente al papel de empleador y a cualquier responsabilidad relacionada. Las plataformas argumentan que son sólo proveedores de una tecnología a la cual ofrecen acceso bajo pago tanto a otros proveedores como a solicitantes de un servicio.
Incluso el vocabulario que utilizan tiene como objetivo eliminar cualquier asociación con una relación laboral. Los riders son “incorporados” en lugar de contratados, son «socios», no trabajadores y una plataforma “procesa las facturas de los riders” en lugar de pagarles un salario.
Con un rol tan estrictamente definido, las capas adicionales de intermediarios que se acumulan entre los riders y una plataforma podrían pasar desapercibidas (más o menos intencionalmente) por esa plataforma.
Sin embargo, estos no son problemas que yo consideraría que exceden la capacidad de las plataformas para actuar.
Con cierto estímulo regulatorio, por ejemplo, reconociendo el trabajo en plataformas como un empleo subordinado, se podría establecer fácilmente el requisito de una prestación de servicio personal. Esto reduciría las prácticas de explotación de intermediarios adicionales.
¿Se están organizando los riders y cómo?
Debido a su ambigua situación laboral, los riders no pueden recurrir a ningún mecanismo eficaz para expresar sus preocupaciones con respecto a la plataforma y mejorar los términos y condiciones de su trabajo. Por lo general, la condición de «contratista independiente» no se considera compatible con la afiliación a un sindicato y está incluso prohibido en algunos países a la luz de la legislación de competencia de la UE.
Por lo tanto, se da la autoorganización entre los riders como un intento de reequilibrar las asimetrías de poder e información entre ellos y una plataforma. Puede adoptar diferentes formas, como sindicatos de base, gremios afiliados a sindicatos, cooperativas de plataformas dirigidas por trabajadores o cuasi sindicatos. Lo que estas iniciativas tienen en común es su carácter de abajo hacia arriba. También tienden a replicar la tecnología utilizada por la plataforma en la que trabajan, como las aplicaciones basadas en Internet y las redes sociales, para reclutar y movilizar miembros. Estas iniciativas pueden empezar como un grupo de Facebook utilizado para intercambiar consejos laborales y compartir experiencias, evolucionar hacia colectivos con su propio nombre e identificación visual, para luego obtener el apoyo y el reconocimiento de sindicatos de larga trayectoria.
Parece que al menos algunos sindicatos están dispuestos a representar los intereses de trabajadores de plataforma, aunque ellos no siempre puedan ser miembros. Esta “inclusión sindical” puede derivar de las orientaciones ideológicas del sindicato, pero también de consideraciones más pragmáticas como que permitir que las plataformas operen sin control debilita las condiciones de trabajo y empleo también para otros trabajadores en esos sectores.
Si no se regula, ¿cómo puede afectar la economía de plataforma a los derechos de los trabajadores?
El objetivo de regular el trabajo de plataforma es que sus trabajadores tengan acceso a los derechos laborales como seguridad y salud en el trabajo. Esto es aún más importante en el contexto de crisis de la Covid-19.
Mientras a otros trabajadores se les pide que se aíslen y dejen de trabajar cuando no se sientan bien, para los riders y muchos otros grupos de trabajadores de plataformas estas expectativas no son realistas. Sin acceso a protección social y políticas de salud pública como prestaciones por enfermedad y permisos, estos trabajadores simplemente no pueden permitirse dejar de trabajar por temor a perder sus ingresos o incluso a ser desconectados de la plataforma.
Esto también se extiende a otros derechos y protecciones de los trabajadores como salarios mínimos, seguros o protección contra despidos injustificados. Permitir que las plataformas contraten trabajadores para realizar un trabajo sin reconocerlo como relación laboral significa de hecho negar el acceso a los derechos y protecciones básicos a este grupo vulnerable y mal remunerado de trabajadores.
¿Cómo afecta la economía de plataforma al mercado laboral en general?
Ejerce presiones a la baja sobre los salarios e incita a los empleadores a adoptar soluciones tecnológicas similares para asignar tareas y programar el trabajo para ajustar al milímetro la dotación de personal y la demanda, lo que resulta en impredecibles horas de trabajo e ingresos inciertos.
Por lo tanto, la regulación del trabajo de plataforma es necesaria para salvaguardar condiciones de trabajo equitativas para todos, además de servir a los intereses públicos y sociales. La buena noticia es que cuando vemos más allá del bombo tecnológico, el trabajo de plataforma comparte muchas características con otras formas de trabajo no estándar o no declarado, por lo que las reglas y las políticas existentes proporcionan un punto de partida suficiente para regularlo.