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¿Será irrelevante la edad en la sociedad venidera?, por Manel Domínguez

“Hay que dejar de hablar de edad y empoderar al ser humano con mente activa”.

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En el Congreso Internacional sobre Vulnerabilidad y Cultura Digital hablaba usted de los ‘senior digitales’ o personas mayores posicionadas en la innovación co creativa. ¿Se trata de un fenómeno anecdótico dado que, según el INE, casi un 40% de las personas de entre 65 y 74 años no usa internet y del otro 60% pocas tienen dominio del medio?

¿Cómo se puede lograr que el fenómeno de los y las senior digitales se haga extensivo a una mayor parte de la población?

A su juicio, ¿es el SeniorLab del Citilab de Cornellá un ejemplo a seguir y qué otros casos de éxito conoce?

La crisis del Covid19 ha evidenciado la precariedad en los cuidados a nuestros mayores. ¿Se puede reducir la brecha digital demográfica si no existen servicios digitales destinados específicamente a los mayores?

¿Debería debatirse sobre cómo cuidar de nuestros mayores en la sociedad digital y cómo desarrollar esta última de manera que sea inclusiva y cubra realmente sus necesidades?

¿Sabe si se está dando este debate en España a nivel autonómico o central?

El INE revela también que casi la mitad de los españoles que viven solos son mayores de 65 años, y el cierre del pequeño comercio hace que las ‘tiendas radar’ dejen de funcionar para alertar sobre posibles problemas de estas personas mayores que viven solas. ¿Puede la tecnología ayudar a mitigar este problema del que es, en parte, causante?

¿Es necesario repensar el papel que queremos que nuestros mayores tengan en nuestra sociedad?

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Manel Domínguez es un docente, investigador, autor y conferenciante especializado en comunicación y el nuevo periodismo lab, así como en proyectos europeos centrados en el concepto del living Lab, los laboratorios urbanos de innovación social.

Desde 2010 Domínguez estudia el envejecimiento activo y la sociedad del conocimiento. “Hay que dejar de hablar de la edad”, explica. “Necesitamos un nuevo prisma para el nuevo paradigma de ser humano que se está avecinando y para el que la edad es irrelevante”.

En el Congreso Internacional sobre Vulnerabilidad y Cultura Digital hablaba usted de los ‘senior digitales’ o personas mayores posicionadas en la innovación co creativa. ¿Se trata de un fenómeno anecdótico dado que, según el INE, casi un 40% de las personas de entre 65 y 74 años no usa internet y del otro 60% pocas tienen dominio del medio?

No es una anécdota, es una consecuencia directa de la innovación y la transformación digital. Y de la apuesta de algunos gobiernos, por supuesto. Estamos ante un proceso de innovación que está liderando la ENoLL (European Network Organization of Living Labs), según el cual universidades y living-labs, empresas, gobiernos y personas, ejes centrales de la sociedad del conocimiento, debe surgir el impulso para hacer realidad la imperiosa necesidad de la humanización digital.

¿Cómo se puede lograr que el fenómeno de los y las senior digitales se haga extensivo a una mayor parte de la población?

Con políticas de transformación digital que pongan en el centro a las personas. La evolución de la sociedad del conocimiento es imparable. 

De la mano de las administraciones, empoderando a los mayores, generando ecosistemas co-creativos transversales para todas las edades y con el abandono de la visión focalizada únicamente en los procesos asistenciales para entrar en flujos de innovación social. Y con la ayuda, también, de los living-labs.

Todo esto está relacionado con la esperanza de vida que, cómo sabe, no para de aumentar. 

El promedio en España es hoy de 83,59 años, pero llegaremos a la edad de 110 en sólo 15 ó 20. Es una consecuencia  lógica de un proceso antropológico llamado neotenia, es decir, el rejuvenecimiento de las especies.

A su juicio, ¿es el SeniorLab del Citilab de Cornellá un ejemplo a seguir y qué otros casos de éxito conoce?

El Citilab, impulsado por el Ayuntamiento de Cornellà, la Diputación de Barcelona y el Ministerio de Industria, a propuesta de Vicenç Badenas en 2003 es el primero de su género en España, pero forma parte de la red ENOLL, junto a otros 150 miembros activos en Europa y hasta 440 en todo el mundo desde hace 14 años.

La crisis del Covid19 ha evidenciado la precariedad en los cuidados a nuestros mayores. ¿Se puede reducir la brecha digital demográfica si no existen servicios digitales destinados específicamente a los mayores?

Precisamente porque el uso de Internet por parte de los mayores de 65 se sitúa en torno al 40%, todavía no existen tantas aplicaciones ni servicios como en el caso de los nativos digitales.


No obstante, el mercado está reconociendo un nuevo nicho y vamos a ver un crecimiento exponencial de productos y servicios destinados a las diversas franjas de mayores; porque es evidente que al igual que en el caso de los “menores de edad” también los mayores somos un colectivo increíblemente heterogéneo y diverso. En EEUU, de  hecho hay todo un movimiento en torno a la “economía sénior” con un importante recorrido, que aquí ya está llegando.

¿Debería debatirse sobre cómo cuidar de nuestros mayores en la sociedad digital y cómo desarrollar esta última de manera que sea inclusiva y cubra realmente sus necesidades?

Estamos construyendo una nueva sociedad. 

Mi campo no es el asistencial, pero el debate no está en “cuidar” sino en “empoderar” y la transformación digital no se ejerce con herramientas tecnológicas, sino con la voluntad de innovar y de empoderar a partir de las ideas, los proyectos y la co-creación transversal con independencia de la edad. 

Y, esto es muy importante, al margen de la formación de cada persona. Da igual que sea paleta o abogada, todo forma parte de la visión del humanismo digital.

¿Sabe si se está dando este debate en España a nivel autonómico o central?

Desde luego que sí, en primer lugar porque tenemos un centro, el Citilab, dentro de la red ENOLL; en segundo lugar porque se está investigando sobre estos temas tanto en el Centro de Investigaciones Sociológicas como en las universidades españolas. Quizás lo que está pendiente es que el debate llegue a la calle. También es innegable que el mundo anglosajón va por delante, como en otros campos, y lleva años celebrando congresos sobre el tema.

El INE revela también que casi la mitad de los españoles que viven solos son mayores de 65 años, y el cierre del pequeño comercio hace que las ‘tiendas radar’ dejen de funcionar para alertar sobre posibles problemas de estas personas mayores que viven solas. ¿Puede la tecnología ayudar a mitigar este problema del que es, en parte, causante?

La transformación digital junto con la IA producirá un nuevo posicionamiento de la sociedad, del empleo, de los recursos…. Todo se está modificando y ello conlleva una nueva visión de la organización social y de la manera de ver o entender la sociedad. 

Igual que en su momento pasamos de una sociedad agrícola a una sociedad industrial, ahora estamos pasando de la sociedad del conocimiento a una “sociedad lab”.

¿Es necesario repensar el papel que queremos que nuestros mayores tengan en nuestra sociedad?

Repensar las nuevas políticas sobre la Educación, la Salud, el Trabajo…. es imprescindible porque estamos en esta transformación de la economía digital que implica entender cómo está incidiendo en toda la sociedad; los mayores incluidos.

Hay que dejar de hablar de la edad, necesitamos un nuevo prisma para el nuevo paradigma de ser humano que se está avecinando y para el que la edad es irrelevante.

El objetivo es empoderar al ser humano con mente activa, independientemente de su edad. Y que los gobiernos superen el enfoque asistencial para proyectar las capacidades vitales de las personas hasta ahora llamadas “mayores”.