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El auge de la Sociedad de la Información: aprovechar el potencial de las TIC

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El rápido ritmo del desarrollo tecnológico ha transformado la forma en que vivimos, trabajamos, nos comunicamos y educamos a nuestros hijos. De hecho, está afectando a casi todos los ámbitos de la economía, la sociedad y la cultura. El 17 de mayo de 2022, celebramos el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información. Su propósito es “ayudar a crear conciencia sobre las posibilidades que el uso de Internet y otras Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) pueden ofrecer a las sociedades y economías de todo el mundo”. (Fuente: ONU).

 

Hacia un acceso al conocimiento equitativo y universal
 
La Sociedad de la Información es un término para referirse a “una sociedad en la que la creación, distribución y manipulación de la información se ha convertido en la actividad económica y cultural más importante”, a diferencia de las “sociedades en las que el sustento económico es fundamentalmente industrial o agrario”. (Fuente: TechTarget). Si bien la información puede generar conocimiento, no lo es en sí mismo. El concepto de ‘sociedades del conocimiento’ abarca dimensiones sociales, éticas y políticas mucho más amplias. Según la UNESCO, las sociedades del conocimiento tienen que ver con las capacidades de identificar, producir, procesar, transformar, propagar y usar información para construir y aplicar conocimiento para el desarrollo humano. Requieren de una visión social empoderadora que, a incluya pluralidad, inclusión, solidaridad y participación. (Fuente: Oficina Internacional de Educación).

 
Principales desafíos para el desarrollo de las sociedades del conocimiento
 

Las TIC tienen un potencial enorme cuando se trata de crear una economía competitiva, un futuro sostenible y una sociedad abierta y democrática. En un informe del 2005, ‘Hacia Sociedades del Conocimiento’, la UNESCO argumenta que la difusión de nuevas tecnologías y el surgimiento de Internet han creado nuevas oportunidades para lograr sociedades del conocimiento genuinas. (Fuente: UNESCO). Sin embargo, gran parte de la población mundial todavía carece de acceso a las TIC. Además, el exceso actual de información que estamos viendo como resultado de Internet y las redes sociales no necesariamente equivale a un mayor conocimiento para aquellos que tienen acceso. Sin la educación que nos permite distinguir entre información «útil» e «inútil», lo que estamos viendo es solo «una masa de datos confusos». A continuación, resumimos estos dos desafíos clave:
 
1. Acceso: La brecha digital
Casi la mitad de la población mundial, 3,7 billones de persones, la mayoría mujeres y en países en desarollo, todavía no tienen conexión. (Fuente: Naciones Unidas) A medida que el mundo se vuelve cada vez más digital, amenaza con excluir a aquellos que permanecen desconectados. Asimismo, la capacidad de las personas para aprovechar las TIC varía enormemente dentro de los países desarrollados. La pandemia demostró que el nivel socioeconómico, la educación y el lugar de residencia pueden tener un impacto significativo, ya que quienes no tienen acceso a Internet no pudieron beneficiarse de la educación, el trabajo o los servicios de salud a distancia. A menos que se tomen medidas adecuadas ahora para mejorar el acceso (a través de infraestructura local, dispositivos asequibles, educación, inclusión digital, etc.), es probable que la «brecha digital» exacerbe las desigualdades socioeconómicas existentes entre naciones y comunidades.

2. Calidad: La proliferación de la desinformación
Durante la última década, hemos visto cómo las TIC se han convertido en vehículos para la difusión de desinformación, discursos del odio y extremismo violento. Lejos de desaparecer, la desinformación está en auge. El conflicto en Ucrania nos ha demostrado que ahora las guerras se libran tanto en el espacio digital como en el fisico, facilitadas por las TIC. Los ciberataques, las campañas de desinformación y las noticias falsas están afectando la seguridad y la estabilidad en Ucrania, Rusia y en toda Europa.

 

“La tecnología permite que cualquier persona con un smartphone o conexión a Internet pueda estar informada sin límites ni barreras territoriales. Sin embargo, a pesar de tener un mayor acceso a contenido, noticias y fuentes directes, crea la paradoja de una sociedad más desinformada que nunca en la historia de la humanidad.”
Cristina Colom, directora de Digital Future Society
(Fuente: Ethic)

 

​​Las redes sociales admiten la capacidad de difundir todo tipo de contenido, ya sea falso, no verificado, erróneo, manipulado, inventado o fuera de contexto. Su carácter efímero, la brevedad de los mensajes y la poca atención de los usuarios favorecen la disminución de la calidad y credibilidad de la información. Además, la viralización de la información a través de las redes sociales hace que la desinformación pueda llegar a un gran número de personas en cuestión de segundos. Algunos ciudadanos están equipados para comprender estas nuevas dinámicas, pero a muchos les cuesta identificar la desinformación por falta de contexto.

 

 

“El sistema de información globalizada ha alcanzado un punto de entropía y ahora solo produce desconfianza. No es tanto que las mentiras se hayan convertido en la norma y que la verdad se prohíba o o se ignore, sino que las mentiras y la verdad ya no pueden distinguirse.” Aurélie Filippetti y Christian Salmon. Faster than the Future, Digital Future Society

 

La desinformación tiene el potencial de aumentar la desconfianza en las instituciones, dando lugar a democracias más débiles y ciudadanos desempoderados. Actualmente, los votantes acuden a las redes sociales para informarse, y los actores políticos pueden aprovechar esto para manipular la opinión público. Los humanos tienden por naturaleza a preferir la información que refuerza sus posiciones ideológicas previas, intensificando sus identidades políticas y conduciendo a la polarización. Con las elecciones ahora vinculadas a la inestabilidad de los medios en línea, estamos presenciando la desintegración de la deliberación democrática.
 
¿Qué podemos hacer para fortalecer las instituciones democráticas?
 
El conocimiento es la base para una sociedad democrática. Estimula la ciudadanía activa, el aprendizaje permanente y el cambio social. La lucha contra la desinformación y el fortalecimiento de las instituciones democráticas forman parte del Objetivo 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, orientado a promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas. Para lograr este objetivo, administraciones, empresas, plataformas tecnológicas, organismos de verificación y ciudadanos deben unir fuerzas para aprovechar la tecnología y la educación contra la desinformación.

 

 

“Debemos promover un espíritu crítico, atacándolo de raíz. Debemos trabajar desde el principio para incorporar la alfabetización digital al sistema educativo, enseñando a filtrar las fuentes, inculcando el pensamiento crítico y sabiendo determinar cuándo una información es -o no- veraz”.Cristina Colom, Director, Digital Future Society (Source: Ethic)

 

 

Una democracia fuerte requiere medios independientes de alta calidad, opinión pluralista y la capacidad para negociar el consenso público. La alfabetización mediática debe convertirse en una prioridad clave para gobiernos y organizaciones. Ayuda a la gente a pensar críticamente, reconocer puntos de vista e identificar la desinformación. En resumen, es una herramienta esencial para empoderar a la ciudadanía en la era digital.
 
 
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